¿Sabías que nuestras ciudades, tal como las conocemos, son cada vez más vulnerables a los efectos del cambio climático?
Actualmente hablar del desarrollo de ciudades y de su infraestructura es hablar de contrastes entre demandas de realidades locales y las incertidumbres de la globalidad.
Las ciudades latinoamericanas con una herencia de la ciudad del siglo XX, caracterizada en general por patrones de impacto de degradación ambiental, consumo
creciente de recursos y energía, emisiones de GEI, sumado a las desigualdades sociales y en algunos casos de desequilibrios económicos, hacen de los asentamientos
urbanos en nuestra región muy vulnerables frente a eventos naturales, sociales y económicos, por lo que muchos autores comienzan a definirlas como una tendencia a
una crisis climática-social-ecológica. De allí que en las últimas décadas en la región se hacen esfuerzos en la planificación, desarrollo, gestión de políticas públicas, e inversión en nuestras ciudades latinoamericanas en sectores de alto impacto como el sector construcción, el sector transporte, el sector industrial entre otros.
EDIFICACIONES E INFRAESTRUCTURA URBANA: El reto de la transformación de un sector
Se dice que el sector construcción es responsable de casi el 40 % de las emisiones de GEI (ONU 2020, así como su afectación en la biodiversidad son cada vez más visibles y cuantificables. De allí que se hace imprescindible identificar e impulsar acciones desde este sector que apunten a la sostenibilidad, al desarrollo regenerativo y a la circularidad a mediano y largo plazo como estrategias de resiliencia climática. Aunque el espectro de las acciones en bastante amplio en esta oportunidad nos queremos concentrar en tres de ellas:
- Descarbonización de la infraestructura urbana: Acciones en planificación construcción y gestión en edificios energéticamente eficientes, innovación en
tecnologías y materiales de construcción ecológicos, así como recuperación y renovación con visión sostenible del patrimonio construido, son oportunidades
hacia la descarbonización del sector. - Diversificación de matriz energética de menor impacto ambiental: Cuando se habla de transición energética global la principal tendencia urbana pasa por
abandonar la dependencia de combustibles fósiles. En Venezuela actualmente la matriz de energía está distribuido 80% en fósil y el 20% es hidroeléctrico,
(Agencia Internacional de Energía del año 2021) .Esto plantea en las próximas décadas la necesidad de la diversificación de esta matriz energética en el sector
construcción hacia fuentes renovables y menos contaminantes, así como hacer más racional el uso de la energía fósil para disminuir su impacto. Uruguay y
Costa Rica son referencias de experiencias latinoamericanas en diversificación e independencia de la matriz energética. - Desarrollo regenerativo urbano para la resiliencia climática: El desarrollo regenerativo además de restaurar los espacios y ambientes degradados, busca
un desarrollo de infraestructura urbana en sinergia con la biodiversidad y los ciclos naturales para fortalecer las respuestas adaptativas para hacer frente al
cambio climático. Experiencias como las de ciudades esponja, las biodiverciudades, Soluciones basadas en naturaleza SbN, edificaciones ecológicas, nos permiten ver aportes del desarrollo regenerativo adaptivo en ciudades como medida adaptativa y resiliencia climática.
Es así, que desde este presente y de cara al futuro el sector construcción -históricamente asociado a sus impactos ambientales negativos-, se plantea un proceso de transformación en donde los todos los actores involucrados (gobiernos, empresas, ciudadanos) trabajen juntos en el desarrollo de una infraestructura para potenciar un desarrollo de comunidades más resilientes frente al cambio climático.
Hablamos de ciudades y ciudadanos que trabajen en el rediseño de las estructuras económicas y los modos de vida en equilibrio con las capacidades del planeta, que
aporten a la restauración del ambiente, a la salud y bienestar humano, a la equidad, y todo aquello que es importante para el ser humano.