En este artículo, la Dra. Isabela da Cruz Bonatto, miembro directivo de la organización Together for Better, analiza los pros y los contras de la inteligencia articial como herramienta para transitar a una economía circular sin morir en el intento. La razón es muy simple: aunque la IA ahorra mucho tiempo y simplifica tareas, el costo energético y el desecho en gases a la atmósfera son consecuencia inevitable del alto poder computacional que requieren.
Por otro lado, no se puede negar la contribución de la IA a mejorar el análisis predictivo, el monitoreo en tiempo real y la automatización inteligente, ayudando así a rediseñar cadenas productivas para regenerar, reutilizar y reaprovechar. Claro hay que estar alerta para «garantizar que la IA realmente esté cerrando ciclos, y no solo optimizando lo lineal».
La buena noticia es que los sistemas se están volviendo más eficientes y cifras recientes indican que el consumo de energía para ejecutar un prompt de texto medio ya es 33 veces menor que hace un año.
La IA, sin duda es una herramienta invaluable para alcanzar la circularidad. Estamos hablando de dinero real siendo ahorrado y reciclado, en un sistema que aprende y se adapta. En otras palabras, la circularidad digitalizada también es competitividad y rentabilidad, lo que hace todo esto aún más irresistible en un mundo capitalista.
Fuente: Dra. Isabela da Cruz Bonatto. Ver artículo completo en Movimiento Circular.