Economía Circular / Sostenibilidad Reciclaje

Crecimiento empresarial, consumidor y economía circular

Se calcula que en el mundo se producen más de dos mil millones de toneladas de desperdicios al año. Eso es suficiente para llenar tantos camiones que al colocarlos en fila podrían darle 24 vueltas a nuestro planeta. Por si fuera poco, el Banco Mundial prevé que esa cifra crecerá un 70 por ciento en los próximos 30 años.

Tomamos, hacemos, y botamos. Esa parece ser la cadena que hay que romper y la respuesta es la economía circular. Esto implica no solo reducir los desperdicios al mínimo, sino convertirlos en nuevos recursos y así reducir el impacto ambiental. Esto requiere un nuevo modelo de negocios y cambios significativos en los hábitos del consumidor.

No solo se trata del ambiente. También es una estrategia de negocios, en la que, al reusar materiales se reducen costos de operación, y las empresas se hacen más independientes de la cadena de suministros.

EL EJEMPLO DE ASIA

En Asia, los consumidores se están haciendo más responsables, y un reciente estudio reveló que el 53 por ciento de los consumidores dejaron de adquirir productos y servicios que tenían impacto negativo en el ambiente. Esto ha forzado a las empresas a ser más creativas y reconocer la necesidad competitiva de ir hacia una economía circular.

Un caso interesante es el de la empresa coreana Samsung. Examinando su cadena de valor, se vieron dos tendencias tras las compras de televisores. Por una parte las cajas de embalaje terminaban en la basura y por otro lado, los compradores adquirían nuevos muebles o gabinetes para almacenar los accesorios de su nuevo televisor.

La solución: Serif Eco-Packaging, un sistema de cartón corrugado que permite reutilizar la caja como portador de accesorios, caja de herramientas, una casita para el gato y más. No son la clase de muebles que adornarían un espacio formal, pero tienen utilidad práctica. El resultado es que estos embalajes son reusados y no generan desperdicios en los botaderos de basura. Así se extiende la vida útil de los materiales invertidos en la caja.

Por supuesto la circularidad puede alcanzar otros niveles cuando es intercompañía. Tal es el caso de Starbucks que entrega el café usado a la taiwanesa Singtex que lo convierte a su vez en prendas de ropa y jabones. Esto disminuye notablemente la huella de carbono generada al producir una prenda de ropa.

Para los asiáticos está muy claro que abrazar una economía circular tiene un impacto sostenible en el ambiente y es una ventaja para el crecimiento empresarial. Al colaborar entre empresas, se crea un impacto aún mayor que la suma de las partes.

Fuente: The Business Times

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