Globalmente la comunidad de negocios se encamina hacia la generación de dividendos más responsables ¿Responsables con quién? Con el medio ambiente pero también con la sociedad, la comunidad donde está inserta la entidad, sus colaboradores, los grupos de interés, los DDHH, las buenas prácticas, los inversionistas, en fin, responsable con toda la cadena de valor.
Esto no significa que las industrias deben dejar de ser rentables o sacrificar sus planes de prosperidad, porque ese desarrollo es justamente lo que permite a una entidad generar mejores condiciones a sus equipos, a su entorno; más tributos a los entes recaudadores y mayores posibilidades de invertir en nuevas tecnologías con menor impacto ambiental.
El primer reto por delante es convencer a los industriales que pasen adelante, que en este espacio del desarrollo sostenible, no solo son invitados, sino que son indispensables para crear riqueza, pero una riqueza responsable que nos permita dejar un mundo mejor a nuestros sucesores.
Hay un mundo que está cambiando y la manera de hacer negocios está cambiando con él. En esta nueva realidad los inversionistas y los consumidores requieren de mayor información, más allá de la información financiera tradicional. Quieren saber ¿con quién se relaciona la empresa?, ¿cuáles son sus planes de conservación de la biodiversidad?, el impacto que ocasiona su proceso productivo y los planes de corrección o mitigación.
Esa comunidad también quiere saber acerca de las relaciones laborales, el trato a la mujer y la disminución de la huella de carbono. Nos preguntan: háblame de tu cadena de valor. Para garantizar que esta información sea transparente, desde la COP (cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático) de Glasgow en 2021, se delegó en el IFRS con sede en Londres la creación de Normas internacionales de información financiera basadas en sostenibilidad. La comunidad de negocios en el mundo delegó en los contadores públicos la inmensa responsabilidad de certificar, con toda la rigurosidad que ello amerita, el impacto que la sostenibilidad y el cambio climático ocasionan en el modelo de negocios, en el flujo de caja de la entidad y en la posibilidad o no de continuar con el negocio en marcha.
Ya el mundo cuenta con importantes instrumentos de reporte, entre ellos destacamos las NIIF S1 y NIIF S2 (normas internacionales de información financiera basadas en sostenilidad y en clima), La NIA 5000 (Norma internacional de aseguramiento de sostenibilidad), NIEA 3410 (Norma internacional de encargos de aseguramiento sobre declaraciones de gases de efecto invernadero) y en consulta mundial previa a su aprobación tenemos “Norma de Contabilidad Incertidumbres relacionadas con el clima y otras incertidumbres en los Estados financieros”.
Estos son ejemplos claro de que el mundo se está tomando muy en serio regular el sistema de reportes en materia de desarrollo sostenible. Corresponde a cada país comenzar a trabajar en aprobar estas normas, y vemos como la Unión Europea toma ventaja, pero LATAM no se queda atrás. Países como Colombia, Chile, Brasil, Costa Rica, Bolivia entre otros, ya están muy avanzados, generando recomendaciones y preparando sus estructuras para una entrada en vigencia gradual. Vale la pena mencionar el trabajo innovador de México al aprobar los IBSO (Indicadores básicos de sostenibilidad) para facilitar el proceso de reportes a las MiPyMes. Venezuela también está trabajando en ese sentido, con el liderazgo de la Federación de Colegios de Contadores Públicos a través de sus grupos de estudio e investigación, emitiendo en el mes de abril la VEN-NS-0, que es el marco general del sistema de reporte que será adoptado para nuestro país.
¿Qué debemos concluir con todo esto? Que el desarrollo sostenible, la economía circular, el dividendo responsable son conceptos que llegaron para quedarse con impacto global. Que la inserción en mercados internacionales va a requerir de nuestras industrias acercarnos a esta realidad de reportes. Que es momento de comenzar a sensibilizarnos con el tema, a acercar nuestras organizaciones a la sostenibilidad. Demos pequeños pasos, pero con firmeza para convertirlos en sólidos cimientos.