Brasil está en la vanguardia de un cambio crucial: la transición hacia una economía circular. El país está enfocado en dejar de ser solo un exportador de materias primas sostenibles, aspirando a un rol más activo y valioso en la cadena de producción global. El objetivo es agregar valor a sus productos a nivel local, demostrando así un compromiso con la innovación y la sostenibilidad.
Esta iniciativa no solo busca mitigar el cambio climático, sino que también abre la puerta a nuevas y significativas oportunidades de negocio. Brasil, con su vasta biodiversidad y recursos, se presenta como un destino ideal para empresas que buscan descarbonizar sus procesos de forma más eficiente.
Para guiar este esfuerzo, el gobierno ha aprobado un Plan Nacional de Economía Circular. Este plan es una hoja de ruta que incluye 71 acciones estratégicas, que abarcan desde la creación de nuevas normativas hasta el fomento de la innovación, la educación y el acceso a financiamiento.
La Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones de Brasil (ApexBrasil) ya ha identificado un gran potencial en productos sostenibles como el azaí, el café y el guaraná. Además, se destaca la enorme oportunidad de generar biometano a partir de la biomasa proveniente de residuos agrícolas y vertederos, un mercado en crecimiento que se alinea perfectamente con los principios de la economía circular.
La sostenibilidad se ha convertido en un motor clave del mercado internacional, y Brasil está aprovechando esta tendencia. La próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebrará en el país, será el escenario perfecto para que Brasil muestre su liderazgo y demuestre al mundo que tiene soluciones viables para alcanzar sus metas de sostenibilidad.
Fuente: Agencia EFE